La ciudad es un bien público, un bien común; es el espacio donde la vida de las personas sucede. Una ciudad sostenible es una ciudad que escucha las necesidades de todas las personas que viven en ella, es una entidad que sabe actuar y responder a las necesidades de sus habitantes.
Agosto 9, 2022.
Eugenia, ¿quiénes pueden participar en los temas de ciudad con conocimiento, experiencia, diálogo y acciones?
Las y los urbanistas son los técnicos que trabajan en la ciudad junto con muchos otros profesionales de distintas disciplinas, pero fundamentalmente la ciudad es un bien público, un bien común, es el espacio donde la vida de las personas sucede. Todos tenemos el derecho de aportar y de hablar sobre cómo podría ser mejor desde las distintas perspectivas y áreas de competencia.
Una ciudad sostenible es una ciudad que escucha las necesidades de las personas y responde a través de intervenciones que pueden cubrir estas necesidades. Creo que el papel de los urbanistas está en esta capacidad de hacer ciudades a la medida de sus habitantes, armonizando la planeación con la legislación urbana y los recursos financieros.
Tienen que garantizar que la ciudad se diseñe y funcione de la manera más sostenible posible aprovechando la multidisciplinariedad para generar integración entre los sectores que coexisten en un espacio. Imagino, por ejemplo, ciudades y salud que tiene una vinculación importantísima, o ciudad y educación: el papel de la planeación allá es muy relevante para garantizar el acceso y no contribuir, al contrario, a generar segregación y desigualdad. La intervención debe ser multidisciplinar y multiactor a la hora de pensar y hacer ciudades.
En la planificación y desarrollo de las ciudades, ¿es posible no dejar a nadie ni a ningún lugar atrás?
Es posible si existe la voluntad de lograrlo. Se requiere de las ciudades y sus instituciones públicas, del sector privado y de todas las personas para lograrlo.
Por lo general se tiende mucho a concentrarse en diagnósticos e intervenciones, dejando a la planeación en un papel secundario. Creo que hacer ciudad con base en una planeación puntual permite hilar todas las actividades, optimizar los recursos, aprovechar las interrelaciones entre las intervenciones, medir y mostrar los cambios en la vida de las personas que resultan de las inversiones públicas.
En este sentido el concepto de inclusividad es muy importante y lo relacionaría con el de una ciudad que escucha. No dejar a nadie atrás significa escuchar y tener en cuenta que una parte importante de la riqueza de las ciudades es la diversidad de las personas, tenerlo en cuenta a la hora de actuar ayuda a que esta buena intención se convierta en una realidad.
¿Cómo es que ONU-Habitat involucra a mujeres y niñas en los proyectos para que las ciudades sean más inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles?
En primer lugar, con un trabajo de advocacy. Insistimos en la necesidad de que todas las perspectivas a la hora de diseñar, planear y gestionar una ciudad sean escuchadas. Todas son importantes y contribuyen a hacer de las ciudades los lugares que queremos y también los que nos imaginamos a futuro.
En segundo lugar, con herramientas para la planeación. Her City, por ejemplo, nos permite planear y diseñar la ciudad desde la perspectiva de las mujeres y con las mujeres. En tercer lugar, impulsando una participación ciudadana institucionalizada, incluyendo mecanismos de gobernanza para hacerla sostenible.
Sin duda, una ciudad pensada para mujeres y niñas es una ciudad más inclusiva y segura para todas las personas. Sé que lo hemos dicho muchas veces, pero creo que aún estamos en un momento en el que necesitamos repetirlo una vez más para interiorizarlo y aplicarlo.
Una ciudad que está hecha por mujeres, hombres, personas LGBTQI+, personas adultas, niñas, niños, personas migrantes, personas que tienen distintas perspectivas y maneras de ver y usar el espacio es una ciudad que logró incorporar a sus residentes.
¿Ha influido en tu trabajo el hecho de ser mujer?
Lo que eres influye en las esferas de tu vida y ser una mujer claramente influye en mi manera de ver y hacer mi trabajo. En los últimos años ha aumentado la mirada hacia la ciudad desde el lente de las mujeres y me gusta pensar que más mujeres juntas podremos hacer que la igualdad de género, también en el desarrollo urbano, un día sea un hecho.
He tenido la oportunidad de trabajar en un ambiente laboral consciente de que mujeres y hombres somos iguales, cada quien con su unicidad, pero sé que esta normalidad está aún en construcción en otros contextos.
Mi labor como Oficial de Programa para ONU-Habitat implica la coordinación del portafolio de proyectos en ejecución y los que estén en desarrollo en México, Cuba y Centro América. Esto me permite interactuar constantemente con todos los equipos de profesionales que conforman la oficina y tener una perspectiva muy cotidiana en la vida de los proyectos, así como respecto a las necesidades y prioridades de los gobiernos locales.
Desde pequeña fui soñadora de un mundo en paz y la ONU tiene el potencial para contribuir a generar cambios importantes y positivos en la vida de las personas. En mi caso, me apasiona mi trabajo Y así sucede, a veces logras hacer un match entre el sueño y la realidad, por eso les sugiero a todas las personas que sigan sus sueños y que descubran su propio camino.
Eugenia De Grazia trabaja con las Naciones Unidas desde 2012 en las áreas de programación estratégica, desarrollo de programas e implementación de proyectos internacionales de cooperación; primero con el Programa de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y desde 2014 en el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat), encargándose de la coordinación del portafolio de proyectos para México y Cuba.
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