2023 fue un año aleccionador y un duro recordatorio de los desafíos que enfrentamos en un mundo que se urbaniza rápidamente entre crisis y desafíos sin precedentes, incluidas las duras realidades de la escalada de conflictos y la crisis climática. Ahora que inicia 2024, reflexionemos sobre las lecciones aprendidas y el camino a seguir en este nuevo año.
08 de enero de 2024
Por Maimunah Mohd Sharif, Directora Ejecutiva de ONU-Habitat
Quiero reflexionar sobre los hitos alcanzados y delinear el camino hacia ciudades y comunidades inclusivas, resilientes y sostenibles que tenemos por delante en 2024.
En 2023, se celebró en Nairobi (Kenia) la segunda Asamblea de las Naciones Unidas para el Hábitat, un momento crucial para dar forma a nuestra visión colectiva del futuro. Celebramos la adopción de 10 resoluciones, cada una de las cuales es un testimonio de nuestro compromiso compartido de crear una mejor calidad de vida para todos. Entre ellas, la resolución sobre la vivienda y el avance de las ciudades inteligentes centradas en las personas destaca como un faro de progreso, reconociendo el potencial transformador de la planificación urbana innovadora y la tecnología para mejorar nuestras vidas y nuestro bienestar.
A medida que nos embarcamos en 2024, debemos defender iniciativas que contemplen la protección de la naturaleza en nuestro tejido urbano, creando sinergias armoniosas y sostenibles entre el entorno construido y el entorno natural que beneficien a las personas y al planeta.
Nuestro compromiso para avanzar en el desarrollo sostenible, en particular el Objetivo de Desarrollo Sostenible 11 sobre ciudades y comunidades sostenibles, sigue siendo inquebrantable.
En 2023, presentamos nuestro segundo informe sobre los avances realizados para alcanzar las metas del ODS 11, pero seamos honestos: a mitad de camino, aún no hemos llegado a ese punto. Corremos el riesgo de no cumplir nuestros objetivos para 2030. El tiempo apremia. Tenemos que situar la vivienda y la planificación urbana en el centro de la agenda de desarrollo, garantizando que las ciudades y los pueblos cuenten con los recursos y las herramientas necesarios para alcanzar el ODS 11.
El año 2023 puso el foco en cuestiones críticas como la falta de vivienda y el innegable derecho a una vivienda adecuada. En el informe del Secretario General sobre la falta de vivienda y las políticas y programas inclusivos para abordar esta cuestión se hace hincapié en nuestro compromiso de abordarla. La vivienda ha sido nuestro fracaso colectivo en los últimos 70 años. En 2024, tendremos que redoblar esfuerzos para garantizar que todas las personas tengan un lugar al que llamar hogar.
Reconociendo la urgencia de la acción climática, el financiamiento climático urbano y la acción local emergen como herramientas vitales para mitigar los impactos del cambio climático en nuestras ciudades. Lo debatimos claramente con los ministros en la COP28 de Dubái. Necesitamos el compromiso de múltiples niveles de gobierno: ciudades, regiones y naciones. A medida que nos adentramos en 2024, aboguemos y movilicemos los recursos necesarios para construir espacios urbanos resilientes al clima. Los desafíos son inmensos, pero también lo es nuestra determinación colectiva de crear un futuro sostenible.
Con un espíritu de colaboración, innovación y responsabilidad compartida, abordemos el 2024 con renovado vigor. Juntos, podemos convertir las resoluciones en acciones, las aspiraciones en logros y las ciudades en faros de sostenibilidad, equidad y prosperidad.
El viaje continúa, y las posibilidades son ilimitadas.
¡Feliz Año Nuevo a todos!