Actualmente existe un creciente interés sobre como la inactividad física, la obesidad y los problemas de salud crónicos tienen una aparente estrecha relación con los factores urbanos. Los investigadores de la planificación urbana están ampliando sus horizontes y prestan mayor atención a cómo sus campos profesionales afectan el comportamiento y la salud humana.
Los vínculos entre la actividad física y el cuidado de la salud son bien conocidos: La inactividad física contribuye a aumentar el riesgo de muchas enfermedades y afecciones crónicas, como la obesidad, la hipertensión, el diabetes, el cáncer de colon, la osteoartritis, la osteoporosis y las enfermedades coronarias. En muchas ciudades del mundo, la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas sin hacer distinciones de raza, edad o nivel socioeconómico.
"El envejecimiento, la globalización, la urbanización, el aumento de la obesidad y la inactividad física han convertido a las enfermedades cardiovasculares en la principal causa de muerte y discapacidad en América Latina , representando casi un tercio de la mortalidad regional, con un riesgo generalmente más alto en los hombres en comparación con las mujeres." Organización Mundial de la Salud1
Las implicaciones de la salud y su relación de “lugar” son de gran alcance
“Puede que no sea común considerar explícitamente la salud cuando se selecciona un lugar para vivir, pero las investigaciones indican que valdría la pena considerarlo.”
En un estudio exploratorio sobre salud y forma urbana, se hace visible una probable tendencia a que
Por el contrario, las ciudades compactas se asocian con niveles más bajos de obesidad, diabetes, presión arterial alta, enfermedades cardíacas y asma.
De acuerdo a expertos de la Organización Mundial de la Salud, (OMS) y ONU-Habitat, los problemas de salud urbana solo están creciendo, en parte porque las ciudades también están creciendo. La mitad de la población mundial vivirá en ciudades para 2050, y dos mil millones de ellos estarán en barrios marginales.
El panorama de la salud se vuelve mucho más complicado cuando los problemas de salud entre los habitantes urbanos se relacionan con la clase económica, en parte porque los barrios predominantemente pobres y minoritarios han quedado atrapados por decisiones de planificación urbana desastrosas que los mantiene aislados y lejanos de una adecuada infraestructura sanitaria.
Elige y arrastra al ODS3 aquellos problemas de salud y bienestar que un mal diseño urbano podría causar.
Una ciudad mal planeada no contribuye al bienestar y a la salud
El transporte deficiente y una dependencia excesiva del automóvil han hecho que las personas pasen más tiempo trasladándose. Así mismo, la disponibilidad de alimentos saludables está restringida por decisiones de planificación urbana deficientes y horarios de trabajo cada vez más largos que llevan a las personas a optar por dietas de alimentos de conveniencia con bajo nivel nutricional. La interacción de estos factores se refleja en las crecientes tasas de sobrepeso y obesidad, especialmente en las áreas urbanas.3
Puestos de comida callejeros en la CDMX.
9 de cada 10 personas en el mundo respiran aire contaminado
Paradójicamente, en muchas ciudades hay personas que aprovechen la densidad relativa de su ciudad para transportarse en bicicleta por considerarla una actividad saludable, sin embargo, la contaminación del aire influye negativamente en la salud. Es un ciclo de retroalimentación negativa: Una vez que haces ejercicio, aumentas tu frecuencia respiratoria, respiras más, más aire va a los pulmones y aumenta tu exposición a la contaminación del aire. 3
Muchas de las mega ciudades del mundo exceden en más de cinco veces los niveles de calidad del aire recomendados por la OMS.
¡Pero aún hay esperanza!
De acuerdo a las investigaciones disponibles de salud pública y planificación urbana, existe un apoyo moderado para la afirmación de que la forma urbana puede tener influencias significativas (positivas o negativas) en la salud.
Si esta afirmación es cierta, los profesionales de la salud pueden mejorar la salud pública al abogar por patrones de desarrollo más compactos. Los investigadores de la salud pueden refinar su comprensión de la actividad física, la obesidad y la morbilidad al incluir variables de formas urbanas en sus análisis.4
De igual forma, la clave para resolver todos estos problemas de salud urbana, es alejarse de los enfoques de políticas enfocadas a la atención médica orientada al tratamiento, que reconocen los problemas de salud solo después de que comienzan.
La buena noticia es que los urbanistas en el mundo empiezan a reconocer que los problemas de salud crecen en el centro de la ciudad y que la enfermedad puede tratarse antes de que esta aparezca, desde la buena planificación urbana.
El numeral No. 55 de la Nueva Agenda Urbana señala:
55.Nos comprometemos a fomentar sociedades saludables mediante la promoción del acceso a servicios públicos adecuados, inclusivos y de calidad, un medio ambiente limpio, teniendo en cuenta las directrices sobre la calidad del aire, incluidas las elaboradas por la Organización Mundial de la Salud..
[…]
Referencias
1 PAHO/WHO. (n.d.) Mortality in the Americas. Recuperado de https://www.paho.org/salud-en-las-americas-2017/?tag=obesity
2 R. Ewing, T. Schmid, R. Killingsworth, A. Zlot, S. Raudenbush. (2003). Relationship Between Urban Sprawl and PhysicalActivity, Obesity, and Morbidity. American Journal of Health Promotion, Inc.
3 Marshall, A. (2016). The Complicated Problem of Urban Obesity. Citylab. Recuperado de https://www.citylab.com/equity/2016/04/obesity-is-a-city-problem/476547/
4 J. Marzluff. (2008). Urban Ecology: An International Perspective on the Interaction Between Humans and Nature. Springer.
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