Las ciudades están en el corazón del futuro de la humanidad, pero también son la zona cero de algunos de nuestros mayores desafíos: el cambio climático, la desigualdad social y la fragilidad económica. Para albergar a la creciente población urbana y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), al tiempo que lideran la lucha contra el cambio climático, las ciudades deben adoptar un desarrollo urbano transformador y sostenible.
7 de enero de 2025
Artículo publicado en inglés en Time
La rápida expansión de las zonas urbanas ya no es sólo una tendencia: es una crisis. La expansión urbana no planificada, impulsada principalmente por las crecientes necesidades de vivienda y el crecimiento de asentamientos informales que albergan a más de 1100 millones de personas, amplifica los riesgos climáticos. Los edificios, las viviendas y la construcción son responsables de hasta el 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Como se describe en el Reporte Mundial de las Ciudades 2024 de ONU-Habitat , se prevé que más de 2000 millones de residentes urbanos experimenten aumentos significativos de temperatura para 2040, y más de un tercio de los habitantes de las ciudades vivirán en zonas donde las temperaturas medias anuales superen los 29 °C. En las últimas décadas, las zonas verdes de nuestras ciudades, vitales para mitigar el calor y fomentar el bienestar, se han ido reduciendo del 19,5 % del suelo urbano en 1990 a solo el 13,9 % en 2020.
Los desastres relacionados con el clima, como las inundaciones, los ciclones y las sequías, han aumentado. Representaron el 91 % de los grandes desastres entre 1998 y 2017. A menudo, son las comunidades más vulnerables y las personas que viven en asentamientos informales las más afectadas.
Pero no se trata sólo de un problema medioambiental. Las ciudades se enfrentan a unas brechas sociales y económicas cada vez más profundas. Las pérdidas económicas anuales derivadas del aumento de los desastres naturales podrían superar el billón de dólares a mediados de siglo, según las proyecciones del Reporte Mundial de las Ciudades.
La actual crisis mundial de la vivienda afecta a más de 2800 millones de personas en todo el mundo. Al mismo tiempo, la inversión en vivienda social ha disminuido, y la mayoría de las regiones destinan menos del 0,5% del PIB. El desplazamiento interno, impulsado por los conflictos y los desastres naturales, está añadiendo presión a las necesidades actuales de vivienda. Un informe reciente del Centro de Monitoreo de los Desplazamientos Internos revela que el número de desplazados internos en África se ha triplicado hasta alcanzar los 35 millones en los últimos 15 años, y el 60% de ellos busca refugio en zonas urbanas ya de por sí sobresaturadas.
La clave está en repensar las políticas urbanas, las funciones sociales y ecológicas del suelo, la legislación y la financiación para priorizar la vivienda y los servicios básicos como catalizadores de la acción climática y el desarrollo sostenible. Es necesario hacer explícito el vínculo entre la vivienda asequible, las ciudades bien planificadas y equitativas y el desarrollo sostenible.
En primer lugar, es importante optimizar el uso de la tierra para obtener beneficios ecológicos, económicos y sociales. Este enfoque de las cuestiones relacionadas con la tierra reducirá las emisiones, mejorará la accesibilidad y liberará el potencial sin explotar de las zonas urbanas. Una tarea fundamental es impulsar el desarrollo económico local mediante la transformación de los asentamientos informales y su integración en el tejido urbano, especialmente teniendo en cuenta la relevancia de la economía informal para el PIB en el Sur Global. Por ejemplo, según la Organización Internacional del Trabajo, el 98,5% de la fuerza laboral de Níger estaba empleada de manera informal en 2021.
En segundo lugar, debemos centrarnos en la vivienda y garantizar el uso de materiales de construcción sostenibles, al tiempo que desarrollamos los mercados locales. La vivienda y la construcción cumplen una doble función: crear puestos de trabajo, estimular la economía y hacer que la vivienda sea más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Al incorporar materiales de construcción sostenibles, como el acero reciclado, el bambú y el aislamiento de bajo consumo energético, podemos reducir la huella ambiental de las viviendas nuevas y reformadas.
En tercer lugar, los servicios básicos como la energía limpia, el agua, el saneamiento y el transporte deben integrarse sin fisuras en la planificación urbana, garantizando una inversión adecuada en infraestructura. Estos servicios son cruciales no sólo para el bienestar de los residentes, sino también para mitigar y adaptarse al cambio climático, asegurando que las ciudades sean resilientes y sostenibles para las generaciones futuras.
Los gobiernos locales y regionales están en la primera línea de estas transformaciones. Conectan las ambiciones globales con la acción a nivel de base, conectando infraestructura, servicios y personas, y sirviendo como base para los ODS. Esto incluye trabajar con y para las comunidades más vulnerables en asentamientos informales y diseñar estrategias que maximicen el uso del entorno construido, alineándose al mismo tiempo con las preferencias de los consumidores y la demografía.
La vivienda es el techo que mantiene unida la estructura. En América Latina se está produciendo un rápido crecimiento urbano, y las ciudades de esta región tendrán que cuidar y albergar a las poblaciones en aumento. Las inversiones en programas de vivienda e infraestructura deben considerarse una oportunidad para crear economías de escala, así como para ampliar las bases de consumo e impuestos. Según la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas de Estados Unidos, la construcción de 100 viviendas asequibles crea 161 puestos de trabajo locales solo en el primer año y aporta 11,7 millones de dólares en ingresos locales.
El camino a seguir es claro: esfuerzos unificados donde los objetivos sociales, urbanos y climáticos se crucen sobre una base de acción local bajo el techo de una vivienda adecuada.Y nuestro principio rector es simple: si cuidamos a las personas, ellas cuidarán del planeta.
O ONU-Habitat está se preparando com entusiasmo para sua participação na Conferência das Partes da Convenção sobre Diversidade Biológica (CBD COP16), a ser realizada do 21 de outubro ao 1º de novembro de 2024 na cidade de Cali, na Colômbia.
25 de octubre de 2024
A Conferência das Partes (COP) é o órgão decisório máximo da Convenção sobre Diversidade Biológica (CBD) e se reúne a cada dois anos. A CBD foi assinada na Cúpula da Terra no Rio de Janeiro em 1992 e hoje tem 196 países signatários. Seus objetivos são “a conservação da diversidade biológica, o uso sustentável de seus componentes e o compartilhamento justo e equitativo dos benefícios decorrentes da utilização dos recursos genéticos”.
Durante a COP15 em 2022, foi adotada o Marco Global de Biodiversidade Kunming-Montreal, também conhecida como Plano de Biodiversidade. Seu objetivo é “catalisar, possibilitar e galvanizar ações urgentes e transformadoras por parte dos governos e autoridades subnacionais e locais, com o envolvimento de toda a sociedade, para deter e reverter a perda de biodiversidade”. Orientado para ações e resultados, ele “visa orientar e promover, em todos os níveis, a revisão, o desenvolvimento, a atualização e a implementação de políticas, objetivos, metas e estratégias nacionais de biodiversidade e planos de ação, além de facilitar o monitoramento e a análise do progresso em todos os níveis de forma mais transparente e responsável”. O Plano de Biodiversidade define 23 metas a serem atingidas até 2030.
Os acordos que devem resultar da COP16 são:
Para a COP16, o governo anfitrião, a Colômbia, selecionou o tema “Paz com a Natureza”, destacando os vínculos entre conflito humano, violência, natureza e territórios. O tema também reconhece a atuação de comunidades indígenas, afrodescendentes e de trabalhadores rurais como “guardiões da biodiversidade”.
Algumas das 23 metas estabelecidas pelo Plano de Biodiversidade são particularmente relevantes para o trabalho do UN-Habitat, como a Meta 1, que visa planejar e gerenciar todas as áreas para reduzir a perda de biodiversidade; a Meta 2, que visa restaurar 30% de todos os ecossistemas degradados até 2030; e a Meta 12, que visa melhorar os espaços verdes e o planejamento urbano para o bem-estar humano e a biodiversidade.
A biodiversidade, além de seu valor intrínseco, oferece uma série de serviços ecossistêmicos às cidades e aos territórios. Esses serviços são geralmente agrupados em quatro categorias: serviços de abastecimento (por exemplo, água doce, alimentos, recursos materiais e medicinais), serviços de regulação (por exemplo, controle do clima e da erosão, qualidade do ar, ciclo da água e polinização), serviços de apoio (por exemplo, formação do solo, reciclagem de nutrientes e fotossíntese) e serviços culturais (por exemplo, saúde mental e física, recreação e ecoturismo, valores espirituais e religiosos e valores estéticos). Todos esses serviços desempenham um papel fundamental na regulação das temperaturas e na disponibilidade de água e ar limpo para as cidades. Da mesma forma, um solo saudável favorece a segurança alimentar, mas também contribui para a redução do risco de desastres, principalmente ao reduzir deslizamentos de terra, enchentes e incêndios.
As cidades não estão isoladas das paisagens das quais fazem parte. Elas devem ser compreendidas em relação aos vínculos funcionais com seus territórios circundantes. A principal causa da perda de biodiversidade é a degradação do habitat, principalmente ligada a mudanças no uso do solo. Embora, em geral, essa mudança no uso do solo seja inicialmente de floresta para terra agrícola, a conversão secundária geralmente leva a usos urbanos e ao fenómeno de lock-in da infraestrutura. O planejamento urbano pode contribuir para a tomada de decisões preventivas que reduzam a expansão e evitem mais perdas de ecossistemas em áreas periurbanas. A abordagem dos vínculos urbano-rurais também pode promover uma abordagem territorial integrada aos fluxos e interdependências, sejam eles contíguos ou remotos, e melhorar os padrões de produção e consumo para reduzir seu impacto sobre os ecossistemas.
Além disso, as ações tomadas no tecido urbano podem ajudar a melhorar a conectividade biológica e atenuar alguns dos efeitos causados pela fragmentação do habitat natural. Por exemplo, as cidades podem restaurar ecossistemas em áreas degradadas, como margens de rios. Elas também podem tomar decisões baseadas em evidências sobre a seleção e a distribuição de espécies para promover a polinização e melhorar a conectividade entre as áreas verdes. Essas intervenções também podem proporcionar às populações humanas uma melhor qualidade de vida em termos de redução do calor e de ar mais limpo. Os espaços públicos também são um ponto de entrada estratégico para a repermeabilização do solo, o que pode reduzir as inundações.
A COP16 da CBD será um importante espaço de defesa para que o ONU-Habitat fortaleça seu mandato de promover cidades biodiversas, que foi formalizado em 2023 após a resolução HSP/HA.2/Res.4 sobre cidades biodiversas e resilientes: integração da biodiversidade e dos serviços ecossistêmicos no planejamento urbano e territorial, adotada na Segunda Assembleia da ONU Habitat. A delegação do ONU-Habitat será composta por funcionários globais e regionais, incluindo o escritório dos países andinos com sede em Bogotá, Colômbia.
Agenda de sessões e eventos paralelos que o ONU-Habitat sediará ou dos quais participará durante a COP16.
Conforme determinado pela resolução, a UN-Habitat está desenvolvendo um componente de um kit de ferramentas para promover cidades biodiversas:
Hotspot Spotlight
Criada em conjunto com a Universidade da Pensilvânia, essa ferramenta projeta geoespacialmente o risco de mudanças no uso da terra, perda de biodiversidade e mudanças climáticas até 2050 e fornece uma base de evidências para a tomada de decisões sobre onde e como desenvolver. Com base em dados de código aberto, ela usa algoritmos de IA e aprendizagem profunda para estimar essas probabilidades para qualquer área metropolitana em uma resolução de 30m2. Seu mapa graduado de “semáforos” indica os riscos combinados de desenvolvimento em uma determinada área: O “vermelho” sugere a preservação do ecossistema, enquanto o “verde” sugere a conversão com menos danos ao planeta e às pessoas, e o “amarelo” sugere cautela. O processo de desenvolvimento da ferramenta recebeu um apoio importante do governo da Costa Rica, onde foi feita a verificação de campo e onde foi realizada uma Reunião do Grupo de Especialistas em julho de 2024 para discutir a aplicabilidade e coletar feedbacks, com uma atenção especial dada à necessidade de mecanismos de colaboração suprajurisdicional quando se trata de gerenciar adequadamente os ecossistemas, como florestas urbanas ou periurbanas ou rios urbanos.
Espaço público:
A Equipe de Espaço Público adaptou uma de suas principais ferramentas, a avaliação do espaço público em toda a cidade, e adotou uma abordagem específica para integrar uma perspectiva de biodiversidade. Essa ferramenta ajuda os governos locais a avaliar a rede, a distribuição, a acessibilidade, a quantidade e a qualidade de seus espaços públicos por meio de abordagens participativas. Por meio de sua aplicação, as cidades podem entender o estado de seus espaços públicos, especificamente a rede, a distribuição, a acessibilidade, a quantidade e a qualidade de seus espaços públicos e, agora, com a adaptação para a perspectiva da biodiversidade, a ferramenta também fornecerá informações sobre a riqueza ecológica e a conectividade biológica dos espaços públicos. Com isso, os governos locais poderão ter informações para a tomada de decisões relacionadas às estratégias de arborização para aumentar o valor ecológico desses espaços e às estratégias de conectividade para aumentar a rede verde, incluindo margens de rios e áreas verdes.
Vínculos urbano-rurais
A thematic report on biodiversity mainstreaming by local and subnational governments was a contribution to CBD COP15. Managing Urban-Rural Linkages for Biodiversity: Integrated Territorial Approach (Abordagem Territorial Integrada) aborda os fluxos urbano-rurais de longa distância de bens e serviços com governança “baseada em fluxo” e também territorial das ligações urbano-rurais. Ele destaca o papel fundamental dos governos locais e subnacionais na proteção e no aprimoramento da biodiversidade e no cumprimento dos compromissos nacionais e internacionais de biodiversidade.
Rede BiodiverCities
Na América Latina e no Caribe, o ONU-Habitat está colaborando com o Banco de Desenvolvimento da América Latina (CAF) e o Instituto Humboldt de Recursos Biológicos para fortalecer as atividades relacionadas à Rede BiodiverCities, que oferece às cidades membros oportunidades de capacitação, aprendizagem entre pares e uma atenção especial às oportunidades de financiamento para a incubação de projetos.
O ONU-Habitat espera contribuir para as discussões e negociações na COP16 por meio de sua experiência urbana e territorial. Também espera consolidar alianças e parcerias em trabalhos relacionados à biodiversidade urbana.
UN-Habitat is enthusiastically preparing for its participation, to be held from 21 October to 1 November 2024 in the city of Cali, Colombia.
October 24, 2024
The Conference of Parties (COP) is the ultimate decision-making body of the Convention on Biological Diversity (CBD), and it meets biennially. CBD was signed at the Earth Summit in Rio de Janeiro in 1992, and today has 196 signatory countries. Its objectives are ‘the conservation of biological diversity, the sustainable use of its components and the fair and equitable sharing of the benefits arising out of the utilization of genetic resources’.
During COP15 in 2022, the Kunming-Montreal Global Biodiversity Framework, also known as The Biodiversity Plan, was adopted. It aims to ‘catalyze, enable and galvanize urgent and transformative action by Governments, and subnational and local authorities, with the involvement of all of society, to halt and reverse biodiversity loss’. ‘[A]ction- and results-oriented’, it ‘aims to guide and promote, at all levels, the revision, development, updating, and implementation of policies, goals, targets, and national biodiversity strategies and actions plans, and to facilitate the monitoring and review of progress at all levels in a more transparent and responsible manner’. The Biodiversity Plan defines 23 targets to be met by 2030.
The agreements expected to result from COP16 are:
For COP16 the host government, Colombia, has selected the theme ‘Peace with Nature’, highlighting the links between human conflict, violence, nature, and territories. The theme also recognizes the agency of indigenous, afro-descendant, and rural agricultural workers as ‘custodians of biodiversity’.
Some of the 23 targets set by the Global Biodiversity Framework are particularly relevant for UN-Habitat’s work, such as Target 1, which aims to plan and manage all areas to reduce biodiversity loss; Target 2, restore 30% of all degraded ecosystems by 2030; Target 3, conserve 30% of land, waters and seas, and Target 12, enhance green spaces and urban planning for human well-being and biodiversity.
Biodiversity, in addition to its intrinsic value, offers a series of ecosystem services to cities and territories. These are generally grouped into four categories: provisioning services (e.g. fresh water, food, material and medicinal resources), regulating services (e.g. climate and erosion control, air quality, water cycling, and pollination), support services (e.g. soil formation, nutrient recycling, and photosynthesis) and cultural services (e.g. mental and physical health, recreation and ecotourism, spiritual and religious values and aesthetic values). All these play a fundamental role in regulating temperatures and the availability of water and clean air for cities. Likewise, healthy soil favours food security but also contributes to disaster risk reduction, particularly by reducing landslides, floods and fires.
Cities are not isolated from the landscapes of which they are a part. They must be understood in relation to the functional links with their surrounding territories. The major cause of biodiversity loss is habitat degradation, mainly linked to changes in land use. Though this is usually initially from forest to agricultural land, secondary conversion generally leads to urban uses and infrastructural lock-in. Urban planning can contribute to preventive decision-making that reduced sprawl and avoids further loss of ecosystems in peri-urban areas. Addressing urban-rural linkages can also promote an integrated territorial approach to flows and interdependencies, whether they are contiguous or remote, and improve patterns of production and consumption to reduce their impact on ecosystems.
In addition, actions taken within built-up areas can help improve biological connectivity and mitigate some of the effects caused by the fragmentation of natural habitat. For example, cities can restore ecosystems in degraded areas such as riverbanks. They can also make evidence-based decisions around species selection and distribution to promote pollination and improve connectivity between green patches. Such interventions can also provide human populations with a better quality of life in terms of reduced heat and cleaner air. Public spaces are also a strategic entry point for soil de-impermeabilization, which can reduce flooding.
We are dangerously close to shattering Earth’s natural limits. With CBD COP16 having just begun, none of the targets of the Biodiversity Plan adopted in 2022 are on track for achievement. Target 12 addresses green space in cities. However, while the restoration and creation of natural habitats in built-up areas is critical, it cannot keep up with the pace of destruction, usually at the expanding periphery of metropolitan areas. More promisingly, wherever preservation is prioritized, future loss can be avoided. Targets 1 and 3 address the planning and protection (30% of Earth’s area by 2030).
UN-Habitat recognizes the urgency of taking action to halt biodiversity loss and build more sustainable cities. Through close collaboration with local governments and communities, we have successfully implemented projects that promote the preservation and restoration of natural habitats in peri-urban and urban areas, benefiting both biodiversity and residents. In compliment, the Global Biodiversity Framework Fund (GBFF) managed by the Global Environment Facility (GEF) is raising funds to accelerate the implementation of, inter alia, Targets 1 and 3, particularly around spatial planning at the subnational and site scales and expansion of conservation areas.
CBD COP16 will be an important advocacy space for UN-Habitat to strengthen its mandate to promote biodiverse cities, which was formalized in 2023 following the resolution HSP/HA.2/Res.4 on biodiverse and resilient cities: mainstreaming biodiversity and ecosystem services into urban and territorial planning, adopted at the Second UN Habitat Assembly. The UN-Habitat delegation will be composed of global and regional staff, including the Andean countries office based in Bogotá, Colombia.
Agenda of sessions and side-events UN-Habitat will host or participate in during COP16.
As mandated by the resolution, UN-Habitat has been developing a component of a toolkit to promote biodiverse cities:
Hotspot Spotlight
Co-created with the University of Pennsylvania, this tool geospatially projects the risk of land use change, biodiversity loss, and climate change to 2050 and provides an evidence base for decision making about where and how to develop. Based on open-source data, it uses AI and deep learning algorithms to estimate these probabilities for any metropolitan area at a resolution of 30m2. Its gradated ‘stoplight’ map indicates combined risks of development in a particular area: ‘red’ suggests ecosystem preservation, whereas ‘green’ suggests conversion with less harm to planet and people, and ‘yellow’ suggests caution. The process of development of the tool received important support from the government of Costa Rica, where ground-truthing took place and where an Expert Group Meeting was held in July 2024 to discuss applicability and gather feedbacks, with a particular attention given to the necessity for supra-jurisdictional collaboration mechanisms when it comes to adequately manage ecosystems., such as urban or peri-urban forests, or urban rivers.
Public Space
The Public Space Team has adapted one of its flagship tools, the City-wide public space assessment, and adopted a specific approach to integrate a biodiversity lense. This tool helps local governments evaluate the network, distribution, accessibility, quantity and quality of their public spaces through participatory approaches. With the adaptation to Biodiversity lenses, the tool will also provide information on the public spaces’ ecological richness and biological connectivity. With it, local governments can have information for decision-making related to the arborization strategies to enhance ecological value of these spaces and connectivity strategies to enhance the green grid, including riverbanks and green areas.
Urban-Rural linkages
A thematic report on biodiversity mainstreaming by local and subnational governments was a contribution to CBD COP15. Managing Urban-Rural Linkages for Biodiversity: Integrated Territorial Approach addresses long-distance urban-rural flows of goods and services with “flow-based” as well as territorial governance of urban-rural linkages. It highlights the key role of local and subnational governments in protecting and enhancing biodiversity and in delivering on national and international biodiversity commitments.
BiodiverCities Network
In Latin-America and the Caribbean, UN-Habitat I collaborating with the Latin-America Development Bank (CAF) and the Humboldt Institute on Biological Resources to strengthen activities related to the BiodiverCities Network, which offers member cities opportunities in capacity-building, peer-learning and a particular attention to financing opportunities for project incubation.
El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Habitat) en colaboración con la Agencia Suiza de Cooperación para el Desarrollo (COSUDE) ha implementado el programa "Contribución a la implementación de la Nueva Agenda Urbana y la recuperación post pandemia en Centroamérica y República Dominicana."
El programa se centra en mejorar las condiciones de vida en comunidades vulnerables de ciudades centroamericanas, especialmente en asentamientos informales o precarios. En el marco de este programa, se han elaborado siete Operaciones Urbanas Integrales (OUI) en Centroamérica.
El proyecto contempla seis componentes para lograr ciudades más inclusivas, sostenibles y resilientes que mejoren las condiciones de vida de la población vulnerable en Centroamérica y República Dominicana: generación de datos y evidencias, apoyo a las Políticas Nacionales Urbanas, fortalecimiento de capacidades, asesoría en políticas públicas con enfoque de asentamientos informales y mejoramiento de barrios.
Contribución a la Implementación de la Nueva Agenda Urbana y la Recuperación Post-Pandemia
La asesoría técnica para fortalecer las acciones del Infonavit sobre urbanización sostenible y vivienda adecuada en el marco de la Agenda 2030 establece una línea base y esquemas de monitoreo eficaces para la toma de decisiones en los municipios urbanos de México. Aquí presentamos los 25 reportes municipales y el documento de orientación.
9 de julio de 2024
El documento Orientaciones y buenas prácticas. Recomendaciones de política habitacional, desarrollo urbano, suelo y financiación de proyectos con impacto en los ODS incluye buenas prácticas que representan casos, acciones y guías desarrolladas tanto en México como en otras partes del mundo que han tenido consecuencias e impactos favorables en temáticas vinculadas a cada indicador. Estas buenas prácticas complementan las recomendaciones y sirven de inspiración, ejemplo y pauta, para que los municipios adapten las estrategias empleadas a sus propios contextos.
25 municipios mexicanos fueron seleccionados para recibir apoyo técnico para el desarrollo de evidencia para la toma de decisiones.
Los informes presentados a continuación permiten a cada uno de estos municipios, a través de indicadores de monitoreo, consolidar sus fortalezas e identificar sus principales debilidades y carencias, para poder programar y priorizar su atención mediante la implementación de políticas y acciones. Para ello, se sugiere consultar el documento de Orientaciones y buenas prácticas.
El desarrollo de la metodología para la definición de la línea base y el esquema de monitoreo retoma la experiencia mexicana en la implementación del Marco de Monitoreo Urbano Global (UMF) adaptando 46 de sus indicadores al contexto mexicano.
A continuación, descarga los reportes de los 25 municipios:
10 municipios de México reciben apoyo técnico para sus Planes Municipales de Desarrollo Urbano
Guía Práctica para la Elaboración y Actualización de Planes y Programas de Desarrollo Urbano